La lucha contra el terrorismo islámico tiene una cara femenina que da forma a un ejército de mujeres que defienden sus derechos de la única forma que se les permite. Madres, hijas y hermanas abandonan sus hogares para iniciar el camino hacia la libertad. Actualmente representan aproximadamente el 40% de la milicia kurda.
¿Quiénes son los kurdos?
El pueblo kurdo lo conforman unos 60 millones de personas que comparten una nación, un idioma y religión, pero no tienen estado. Repartidos por varios países -Turquía, Siria, Irak, Irán y Armenia – representan una amenaza real para el Estado Islámico. Llegando incluso a ser reconocidos por la comunidad internacional como aliados claves en la batalla contra el EI.
La dualidad del conflicto kurdo
En la naturaleza del conflicto kurdo se identifica una doble vertiente, por un lado sus pretensiones independentistas de origen histórico y que convierten a los kurdos en combatientes con objetivos claramente territoriales y políticos y, por otro lado, el movimiento de liberación contra las normas sociales establecidas por el DAESH que coartan la libertad de las mujeres que se preguntan por el futuro que les espera ante una realidad caracterizada por abusos, muerte y destrucción.
La resistencia de las mujeres que acerca el alma de los yihadistas al infierno
La fuerza de estas mujeres va más allá de lo que puede significar adiestramiento y disciplina. Su participación en el ejército kurdo las obliga a estar alejadas de sus familias por periodos de tiempo muy largos, a sabiendas que es posible que nunca regresen. Aún así no decaen, no se rinden … son conscientes de su poder y del que los propios yihadistas les confieren bajo la creencia de lo que puede suponer morir a manos de una mujer: «acercar su alma al infierno».
El horror tiene nombre: EI
Cuando son capturadas el salvajismo con el que son tratadas es difundido en los medios de comunicación. Son trofeos de guerra convertidos en marketing de persuasión en busca de nuevos seguidores para una causa que no tiene límites. La mofa de las decapitaciones alimenta el odio de aquellos que simpatizan con la crueldad y hacen de la tortura un instrumento de trabajo diario.
El amanecer de las mujeres kurdas
No hay amanecer para las mujeres kurdas, no hay descanso. Solo un mensaje de esperanza que busca el apoyo de todas las mujeres del mundo, bajo la sensación de que ellas no solo luchan por sus derechos, sino por los de todas nosotras.