Afirmaciones como: «mi hijo tiene un carácter complicado», «mi jefe cada día muestra un temperamento más difícil» o «no cabe duda que la personalidad de mi pareja es muy fuerte», forman parte de nuestro día a día, hasta el punto que son muchas las ocasiones en las que utilizamos los términos temperamento, personalidad y carácter cómo sinónimos, sin darnos cuenta, que los tres conceptos expresan condiciones diferentes.
TEMPERAMENTO, «lo que heredo»
El temperamento podría definirse como uno de los núcleos que configuran nuestra personalidad.
El temperamento se posiciona como un elemento de la personalidad genéticamente heredado, siendo el reflejo de nuestras conductas y respuestas emocionales.
Siguiendo al psicólogo estadounidense Cloninger et. al. (1993) se establecen 4 dimensiones temperamentales:
1.Búsqueda de novedad: tendencia heredada relacionada con la toma de decisiones de manera impulsiva, la respuesta exagerada a señales de recompensa, la rápida perdida de la paciencia o la evitación activa de la frustración. Se asocia a conductas exploratorias cuya finalidad es alcanzar posibles premios huyendo de la monotonía o posibles castigos.
En el polo opuesto a la búsqueda de la novedad se situarían los individuos con escasa actividad exploratoria en respuesta a la novedad, tendencia al orden, actitud reflexiva ante la toma de decisiones, capacidad de diferir la obtención del premio o tolerancia a la frustración.
2.Evitación del daño: predisposición del individuo a responder de forma intensa a estímulos relacionados con situaciones o sensaciones aversivas. Haríamos referencia a personas con un alto nivel de ansiedad anticipatoria, evitación de los desconocido, pesimista, timidez y fatiga..
Por el contrario, un temperamento no tendente a la evitación del daño se traduciría en un comportamiento desinhibido, descuidado, optimista, acercamiento confiado, falta de necesidad de seguridad, infravaloración del peligro, actitud abierta, mantenimiento de las conductas.
3.Dependencia de la recompensa: inclinación a responder intensamente a los premios, manteniendo aquellos comportamientos que están asociados a recompensas en experiencias pasadas. Se expresa en forma de sentimentalismo, sensibilidad, calidez y dependencia de la aprobación de los demás.
Una baja dependencia de la recompensa nos llevará a sentir poca influencia de la presión social, independencia, actitud práctica ante la vida y disfrute de la soledad.
4.Persistencia: perseverancia a pesar de la frustración y la fatiga; se expresa como ambición, perfeccionismo, impaciencia y empeño en el trabajo.
La no persistencia se caracterizará por falta de perseverancia como respuesta a la frustración y la fatiga, inestabilidad e indolencia.
Adicionalmente, Cloninger plantea que cada una de las tres primeras dimensiones del temperamento está asociada con un determinado neuromodulador:
- la dopamina para la «búsqueda de novedad»,
- la serotonina para la «evitación del daño». y
- la noradrenalina para la «dependencia de la recompensa».
CARÁCTER, «lo que aprendo»
El carácter es definido como la combinación de valores y sentimientos que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida a través de la interacción, condiciones y circunstancias externas, siendo diferente en cada uno de nosotros en función de la forma en la que percibimos la realidad.
Para Bandura, el carácter, al definirse por dimensiones aprendidas y vinculadas a factores psicosociales, tiende a formarse de manera continua pero especialmente en los procesos de socialización más básicos.
En este sentido La Marca (2007: 126) señala que «es muy importante formar el carácter, y en las tareas de educación importa mucho llegar a tiempo. El carácter no es sólo cuestión de herencia genética, sino que precisa de un esfuerzo continuado por mejorarse.
Hay unas épocas más propicias a esa formación, como los primeros años, pero esto no significa que lo que no se ha hecho antes no se pueda conseguir luego; simplemente costará más, y aunque sea una tarea laboriosa esto no ha de llevar a nadie a desfallecer: el hecho de que un árbol tarde mucho en crecer, indica que hay que plantarlo cuanto antes».
Por otro lado, Cloninger et. al. (1993) afirman que mientras que el temperamento es una disposición biológica, el carácter depende de las experiencias del sujeto.
Los tres factores diferenciales del carácter según este mismo autor son:
a. Autodirección: habilidad de regular la conducta y de comprometerse con las metas elegidas. Haríamos referencia a la madurez, la autoestima y los recursos generales de adaptación.
«La Autodirección es la dimensión que predice la existencia de todos los trastornos de la personalidad»
b. Cooperatividad: capacidad de identificarse y aceptar a los demás. Este factor está directamente relacionado con el altruismo, la empatía y la solidaridad.
«La Cooperatividad estaría relacionada con los problemas de socialización».
c. Autotranscendencia: habilidad para identificarse como parte integral del universo. Se relaciona con la creatividad, la fantasía y la imaginación.
«La Autotrascendencia se relaciona con tendencias disociativas, pensamiento mágico e ideación delirante».
PERSONALIDAD, «pienso, siento, actúo»
La personalidad se define como una serie de cualidades psíquicas heredadas y adquiridas, lo que nos permite concluir que en la formación de la personalidad interviene tanto el temperamento como el carácter.
Aun así, es importante tener en cuenta que la personalidad es la que determina nuestra forma de actuar atendiendo a nuestros pensamiento y sentimientos. Este hecho le confiere cierto dinamismo, si bien los cambios de personalidad siempre estarán condicionados por los factores biológicos, el aprendizaje o el ambiente.
REFERENCIAS
Bandura, A. (1977). Social learning theory. Englewood Cliff: Prentice Hall.
Cloninger, C.R., Svrakic, D.M. y Przybeck, T.R. (1993). A psychobiological model of temperament and character. Archives of General Psychiatry, 50, 975-990.
Cloninger, C.R., Przybeck, T.R., Svrakic D.M. y Wetzel, R. (1994). The Temperament and Character Inventory (TCI). A guide to its develop-ment and use. Washington: St. Louis, Center for Psychobiology of Personality..Citado en Pedrero-Pérez, E., Puerta-García, C. y Olivar, A. (2017) El carácter como predictor de trastornos de la personalidad en adictos: la tipología caracterial de Cloninger y su abordaje psicosocial. Revista Española de Drogodependencias, vol.32.
La Marca, A. (2007). Educación personalizada y formación del carácter. Estudios sobre Educación, nº13, 113-131.